viernes, 31 de agosto de 2007


descalzar el alma. ahí está la frescura natura, en la raíz de nuestro andar, en los pies endulzados que juntan las hojas del otoño al caminar. dejar la huella impalpable sobre la alfombra, desenvainar la desnudez de nuestro filo decorado. la suave intensidad del roce con las estaciones, la imagen desdibujada de los dedos sumergidos en la arena, el barro, la nieve. el camino celestial que marcan los pasos despistados, la inconciencia del caminante sin destino. ahí está la frescura natura, en la raíz de nuestro andar.

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