viernes, 31 de agosto de 2007

Iluminala. Camina en sombras y sin rastros, dejala correr, dejala encontrar el brillo en los cristales de su ropa. Carne arrolladora en el omóplato. Desayunar mentiras con sabor a frutilla. Ella tiene mil sabores, y no recordas ninguno.
Don´t put your finger on me. Llamale encuentro, yo le llamo vulgaridad.
Pintar: escribir con pinceles el idioma del alma. Navegar los colores con la imaginación.

descalzar el alma. ahí está la frescura natura, en la raíz de nuestro andar, en los pies endulzados que juntan las hojas del otoño al caminar. dejar la huella impalpable sobre la alfombra, desenvainar la desnudez de nuestro filo decorado. la suave intensidad del roce con las estaciones, la imagen desdibujada de los dedos sumergidos en la arena, el barro, la nieve. el camino celestial que marcan los pasos despistados, la inconciencia del caminante sin destino. ahí está la frescura natura, en la raíz de nuestro andar.

lunes, 27 de agosto de 2007

Abrió la puerta y esperó. Del otro lado había sombras, incrustradas en las paredes de almidón. Las manos cubrieron su cintura, su rostro se llenó de pinturas acomodadas suavemente sobre sus párpados. Brillaba el metal líquido sobre su espalda, no miraba hacia atrás. Un chillido crujiente sonó a sus oídos, las clavijas cantaban el cierre desesperado de una apertura prohibida.
Sonaron las sombras escurridizas que besaban eróticamente la manija demoníaca. En la oscuridad terrenal de la madera que edificaba la puerta se podían ver los rastros de los gritos que habían pasado el verano en ella. Tenía 17 historias grabadas en las betas guías del corte profundo que las haría muebles. A traves de los vidrios se veía la inmensidad del llanto, los arañazos que cubrían el suelo, abolladuras que carcomian la mesa. La corteza marcaba el camino hacia la natural libertad de la locura. Una vez abierta, el viento entra y llena el aire. Así que abrió la puerta y esperó. Esperó a que su habitación se inundara del oxígeno delicado que traen los huracanes una vez que mueren en el olvido.
Miró por la cerradura, y todo lo que pudo ver del otro lado... era una pared de ladrillos.

Tómalo todo, le dijo con inocencia.
Se tiró en el suelo amando la tierra.
Las luces se escondieron en su rostro, las alturas quedaron lejos de su alcance.
Las balas retumbaban en la habitación, el eco de las risas coloreaba las mascaras.
Había un túnel, un túnel en la casa, que pasaba por entre sus brazos y su mirada.
Así, en el suelo, podía entrar en silencio.
Después de haber bebido el vino de la soledad, después de haber amado la tierra y el olor de la naturaleza, se encontró entera.
Tómalo todo, sonaba en su cabeza, como una canción angelical que invita a la fantasía, a esa realidad donde el cuerpo ya no es cuerpo y la materia se dibuja mientras andamos.
Se embriagó de elixires amargos y dulces, se revolcó en senderos cabizbajos que arropaban la piel de vientos salvajes y lluvias de neón.
Y se dijo que no hay paredes alrededor que puedan contener la risa, la furia, la sed de vida.
"... en todo caso, había un sólo túnel, oscuro y solitario: el mio.." las palabras cayeron sobre su mente como las hojas del otoño se dejan caer al pasto colorido.
Y se tumbó en el suelo otra vez. Después de tomarlo todo.


Tómalo todo, le dijo con inocencia.
Se tiró en el suelo amando la tierra.
Las luces se escondieron en su rostro, las alturas quedaron lejos de su alcance.
Las balas retumbaban en la habitación, el eco de las risas coloreaba las mascaras.
Había un túnel, un túnel en la casa, que pasaba por entre sus brazos y su mirada.
Así, en el suelo, podía entrar en silencio.
Después de haber bebido el vino de la soledad, después de haber amado la tierra y el olor de la naturaleza, se encontró entera.
Tómalo todo, sonaba en su cabeza, como una canción angelical que invita a la fantasía, a esa realidad donde el cuerpo ya no es cuerpo y la materia se dibuja mientras andamos.
Se embriagó de elixires amargos y dulces, se revolcó en senderos cabizbajos que arropaban la piel de vientos salvajes y lluvias de neón.
Y se dijo que no hay paredes alrededor que puedan contener la risa, la furia, la sed de vida.
"... en todo caso, había un sólo túnel, oscuro y solitario: el mio.." las palabras cayeron sobre su mente como las hojas del otoño se dejan caer al pasto colorido.
Y se tumbó en el suelo otra vez. Después de tomarlo todo.