lunes, 27 de agosto de 2007


Tómalo todo, le dijo con inocencia.
Se tiró en el suelo amando la tierra.
Las luces se escondieron en su rostro, las alturas quedaron lejos de su alcance.
Las balas retumbaban en la habitación, el eco de las risas coloreaba las mascaras.
Había un túnel, un túnel en la casa, que pasaba por entre sus brazos y su mirada.
Así, en el suelo, podía entrar en silencio.
Después de haber bebido el vino de la soledad, después de haber amado la tierra y el olor de la naturaleza, se encontró entera.
Tómalo todo, sonaba en su cabeza, como una canción angelical que invita a la fantasía, a esa realidad donde el cuerpo ya no es cuerpo y la materia se dibuja mientras andamos.
Se embriagó de elixires amargos y dulces, se revolcó en senderos cabizbajos que arropaban la piel de vientos salvajes y lluvias de neón.
Y se dijo que no hay paredes alrededor que puedan contener la risa, la furia, la sed de vida.
"... en todo caso, había un sólo túnel, oscuro y solitario: el mio.." las palabras cayeron sobre su mente como las hojas del otoño se dejan caer al pasto colorido.
Y se tumbó en el suelo otra vez. Después de tomarlo todo.

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