Es el sentido del tacto. Nos chocamos por la necesidad de sentir al otro. De no creernos solos en el mundo, de llenar los espacios vacios que dejan las almas cuando caminan dormidas sobre la tierra.
Iluminala. Camina en sombras y sin rastros, dejala correr, dejala encontrar el brillo en los cristales de su ropa. Carne arrolladora en el omóplato. Desayunar mentiras con sabor a frutilla. Ella tiene mil sabores, y no recordas ninguno.
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